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Prepare el caramelo colocando el azúcar extrafino (en una capa uniforme) en una cacerola de fondo grueso y dejándolo cocer a fuego moderado, removiendo la cacerola un par de veces para que se cocine uniformemente. El azúcar debería derretirse primero y luego adquirir un bonito color ámbar.
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Una vez disuelto el azúcar y con un color ámbar intenso, añade la nata con cuidado. Ten cuidado, ya que la mezcla puede burbujear. No te preocupes si el caramelo se solidifica en algunas partes. Vuelve a poner la cacerola a fuego lento y cocina durante unos 2 minutos más, removiendo con frecuencia, hasta que esté suave. No dejes que el caramelo hierva.
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Mientras tanto, muele la sal marina en un mortero.
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Retire el caramelo del fuego y agregue la sal, la vainilla y el bourbon.
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Dejar enfriar a temperatura ambiente, luego tapar y refrigerar durante al menos 4 horas para que esté frío al momento de verterlo en el helado.
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Ponga la leche en una cacerola mediana (de base pesada) a fuego medio y caliente.
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Batir las yemas de huevo con los azúcares en un tazón mediano durante 2-3 minutos hasta que estén más espesas y pálidas.
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Vierta la leche tibia sobre las yemas, batiendo continuamente.
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Vierta la mezcla de natillas nuevamente en la sartén y cocine, revolviendo constantemente con una cuchara de madera, hasta que las natillas estén lo suficientemente espesas como para cubrir el dorso de la cuchara.
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Retirar del fuego. Verter la crema pastelera en un bol o jarra, cubrir con film transparente (para evitar que se forme una costra) y dejar enfriar. Una vez fría, meterla en el frigorífico. También se puede usar el modo "solo enfriar" de la heladera para enfriarla.
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Cuando esté listo para batir, retire la película adhesiva de las natillas, vierta la crema, la vainilla y el bourbon y revuelva hasta que estén bien combinados.
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