¿A quién no le encantan unas albóndigas perfectamente cocinadas? Ya sea que se sirvan con espaguetis, en un sándwich o solas, las albóndigas siempre son un éxito. Prepararlas desde cero con un procesador de alimentos no solo es rápido, sino que también garantiza que queden jugosas y sabrosas en todo momento. Repletas de carne molida, ajo, hierbas y un toque de parmesano, estas albóndigas caseras son fáciles de preparar y perfectas para cualquier comida. Además, se congelan de maravilla, lo que las convierte en una excelente opción para preparar comidas.
Ingredientes:
- Carne molida de res (o una mezcla de carne de res y cerdo)
- Pan rallado (preferiblemente fresco o panko)
- queso parmesano rallado
- Huevo
- Ajo picado
- Perejil fresco picado
- Cebolla, finamente picada o rallada
- Leche
- Sal y pimienta
- Aceite de oliva (para freír)
Instrucciones:
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Preparar la mezcla:
- Coloque la carne molida de res (y de cerdo, si la usa), el pan rallado, el parmesano, el huevo, el ajo, el perejil, la cebolla y un chorrito de leche en el procesador de alimentos. Añada sal y pimienta al gusto.
- Procesa hasta que todo esté bien integrado. Ten cuidado de no procesar demasiado; solo procesa hasta que los ingredientes estén bien mezclados y la carne esté ligeramente deshecha. Busca una textura ligeramente grumosa, no una pasta.
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Formar las albóndigas:
- Con las manos, forma albóndigas con la mezcla de carne, de entre 2,5 y 3,8 cm de diámetro. Puedes hacerlas un poco más grandes o más pequeñas según tus preferencias.
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Cocinar las albóndigas:
- Calienta una cucharada de aceite de oliva en una sartén grande a fuego medio. Una vez caliente, añade las albóndigas por tandas. Asegúrate de no llenar demasiado la sartén para que se doren uniformemente.
- Cocine de 4 a 5 minutos por cada lado, volteándolas con cuidado, hasta que las albóndigas estén doradas y bien cocidas. Si es necesario, utilice un termómetro para comprobar que la temperatura interna alcance los 71 °C (160 °F).
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Atender:
- Sirve tus albóndigas caseras con tu salsa favorita (como marinara para espaguetis o una salsa cremosa para una comida reconfortante). También son perfectas para sándwiches, bocadillos o simplemente solas con una guarnición de verduras asadas.
Conclusión:
Estas albóndigas caseras son jugosas, sabrosas y fáciles de preparar con la ayuda de tu procesador de alimentos. ¿Y lo mejor? Son increíblemente versátiles. Sírvelas con pasta, prepara sándwiches de albóndigas o congélalas para usarlas más tarde. Ya sea que cocines para la familia o te prepares para la semana siguiente, estas albóndigas se convertirán en un clásico de tu repertorio de recetas.
Consejos:
- Congelación: Para congelar, coloque las albóndigas cocidas en una bandeja para hornear en una sola capa y congélelas durante aproximadamente 1 hora. Una vez congeladas, transfiéralas a una bolsa para congelar hasta por 3 meses. Recaliéntelas en el horno caliente o cocínelas a fuego lento en salsa.
- Complementos: ¿Quieres darle un toque diferente? Agrega espinacas, champiñones o pimientos morrones finamente picados para darle más sabor y nutrición.
- Salsa: Para una salsa rápida, cocine a fuego lento las albóndigas en su salsa marinara favorita durante unos 20 minutos para que absorban todo ese sabor a tomate.
Estas albóndigas caseras son una excelente manera de llevar la comida clásica a tu mesa con el mínimo esfuerzo, gracias al procesador de alimentos. ¡Disfruta!
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